23 de octubre de 2009

con las ganas.

Lo inevitable es sinónimo de lluvia y de tu sonrisa.
-Déjame fotografiarte, un día de lluvia.
-¿Para?.
-Quiero que al lado de la palabra inevitable, la RAE incluya tu sonrisa.
Creo que si tu pelo fuera una piscina, saltaría de cabeza y con los ojos cerrados. Y fuera de tus rizos podrían estar a -7ºC, que yo no sentiría nada. Sólo la felicidad, plena y absoluta de estar en ti. De estar contigo... Aunque sólo sean tres segundos. Dos o diez, o ochenta. Sería feliz.
Y lo inevitable sería que nuestros rizos no se enredaran en cualquier almohada, sofá, sillón, colchón o asiento de tren.
Quiero hacer surf en tus pestañas, y tras el salto final, hundirme en tus ojos. Nadar, bucear y naufragar, para que me tengas que salvar. Podría pasarme una vida entera allí, y luego, como gatos, nos quedaran seis oportunidades de vivir y cinco de morir.
Podría buscar en la RAE las definiciones de vivir, y de morir, pero se olvidan de la poesía. Y tu eres poesía.
Vivir es caer, romperse las rodillas y echar a andar otra vez. Mezclarse con los colores, con las personas y con la gente. Sentir. Oler. Tocar. Enredarse. Perderse y encontrarse. Vivámonos.
Morir es llegar a tal punto, es que no es necesario vivir más. Cuando todo lo anterior llega a tal perfección, que no haría falta buscar más.
Y después, reinventémonos, otra vez.
¿Perfección? Es sólo un estado de animo, en el que si todo acabara, seriamos una obra de arte dibujada con una sonrisa en los labios. Una sonrisa de verdad... Como la tuya. Así que, contigo podría morir más veces incluso que las vidas que vivamos.
Y lo será inevitable será que no muramos con los rizos enredados.
Mientras mis dedos escriben, piensan en ti. Sí, creo que cada nervio de mi cuerpo, hoy piensa en ti. Hasta la última terminación de mi sistema arterial. Hasta el último centímetro de piel. Es cómo si el cerebro se hubiera derretido y caído al ritmo de los latidos de mi corazón, porque a mí me explicaron que la capacidad de recordar e imaginarte sólo es competencia suya.
¿Sabes? Podría tocar el piano con tus dientes. Si supiera claro. Sólo por saber cómo suenas, cómo es tu melodía, y quizá podría ser nuestra canción. Esa que bailáramos los jueves por la noche en cualquier línea de metro de Madrid, que no corre, vuela. Como el tiempo.
Lo inevitable entonces sería que no bailáramos tan juntos que fuera capaz de adivinar el perfume que te hechas después de la ducha. Y podría clavar mi nariz en tu cuello, violentamente, para volver a morir en tus brazos. Creo que podríamos ser dos piezas de un puzzle que sólo nos incluye a tí y a mí. Dos gatos que viven en los tejados de Madrid. Y que, siempre terminan por correr entre las subterráneas vías de tren.
Abrázame, es la perfección.



"Que quiero arriesgarme a conocerte"

17 de octubre de 2009

EL GRITO DE MI GENERACIÓN.


Ayer, miles de personas salimos a la calle, con el fin de concienciar a ciudadanos y políticos de que la pobreza "no es un mal endémico irremediable".Vivimos en un mundo, en que desgraciadamente, hay abismos entre unos países y otros. Hemos convertido las fronteras en precipicios entre los países que, como decían las pancartas ayer entre Cibeles y la puerta del Sol, en unos engordamos con comida basura, tele-basura, e indiferencia, y en la mayoría (por que sí, por que nosotros somos la minoría afortunada que nos llevamos un trozo de pan a la boca todos los días), la gente muere de hambre.

Es triste... ¿Sabeis?. Es triste que aquí disfrutemos "tomatinas" y allí, mientras, la gente no tenga absolutamente nada que llevarse a la boca.
Es triste que se hayan invertido billones de dólares en restaurar un sistema capitalista en el que se basa esta sociedad, y que la gente tenga que salir a la calle para solicitar que sea cierto que un 0'7% de la renta, sea realmente destinado al desarrollo de esos países que tenemos tras el precipicio. O en él mismo cayéndo cuesta abajo y sin frenos.
¡Un 0'7% SÓLO!

Pero...¿Sabeís algo más?.
La música es esperanza.
Y ayer lo demostraron Marco, David con su sonrisa radiante y sus ganas de gritar, Daniel, y el resto de miembros de "La sonrisa de Julia" (demasiado grandes para el poco reconocimiento que tienen).
Yo también quiero oír el grito de mi generación, dispuesto a levantarse y a vivir sin miedo.
Aunque yo ayer oí gritos bastante altos.
"Nos pueden robar muchas cosas, pero NUNCA la LIBERTAD".

http://www.youtube.com/watch?v=8ZPa10GZXNE

6 de octubre de 2009

entrevías.


Esto es ridículo. Hace calor y tengo miedo. Ridículo. Es como si nos hubieran robado el otoño, la falta de color, el marrón, el frío, la lluvia, los abrazos que se dan por no morir ahogados en nubes grises. Desde que he sido consciente de que hay que tener una canción favorita, cerca de las vías se llevo el premio, y ahora que vivo entre ellas, soy consciente de que nunca he sabido andar sobre estrechas barras de metal. Me da miedo, como pedirte abrazos sin que haya nubes grises en el cielo.
¿Sabes qué quiero hacer antes de morir? Besarte bajo la lluvia. Sí, como en las películas de amor, e incluso en los dramas, en las de acción y de humor. Te quiero besar tanto que hasta los huesos nos griten y desgarren para que paremos, porque se están mojando. Y es ridículo pedírtelo si el cielo está despejado. ¿Por qué no? También me gustaría correr contigo. Sí, a mí que siempre me suspendieron en los mil metros. Correr entre piedras, de un lado a otro pero de la mano. Incluso correr entre vías, esquivando trenes, jugándonos la vida, la suerte, los deseos que siempre llevamos en los bolsillos.
¡Vamos! Puede que el otoño se nos esté escapando por las carreteras secundarias de tu corazón, y yo me estoy perdiendo en las vías por las que, de un lado a otro, mi vida va y viene en cincuenta minutos diarios,