29 de noviembre de 2009

PEREZA.



Él nació para estar en los pereza, para drogarse y tomar mucha cerveza.
Tenía ganas de volverlos a ver, tenía ganas de rock, de dejarme la garganta una noche más. Tenía ganas de ilusionarme, de sentir una canción como mía. Tenía ganas de saltar y de reír. Tenía ganas de Miguel Conejo y de Rubén Pozo. Tenía ganas de "pormitripa", de "ladymadrid", de "leones", de "madrid", de "conjunto", de "la chica de tirso", de "LLÉVAME AL BAILE".
Tenía ganas de "Champagne" y no hubo. Tenía ganas de "dos gotas" y no hubo.
Y sentí que el teatro Circo Price de Madrid se nos venía abajo. Sentí la vibración y las gargantas desgarrándose alrededor.
Somos grupies y ellos son pereza.
Y siguen demostrando que hacen lo que les sale de los cojones.
Y yo vivo esto como me apetece, y si estoy sin voz es porque había ganas de dejarla en otro escenario, una noche más.

20 de noviembre de 2009

un millón de cicatrices.


Supongo que al final, lo único que quedarán serán cada herida que llevemos en el cuerpo. Las señales en la rodilla, la cicatriz de cuando te rompiste la barbilla jugando con tus amigos, aquellos con los que juraste tanto y cuyos caminos se fueron opuestos a los tuyos y los golpes que nos damos nosotros en el corazón. Por miedo, por imbéciles, por complejos, historias mal llevadas, paranoias, por no querer, por pensar en negativo. Todo se lo lleva el corazón, y duele. El mio ya se queja, y estoy pensando en quitarme todas las máscaras y salir a comerme el mundo, sin miedo. Sobretodo sin miedo.

15 de noviembre de 2009

matemáticamente el amor es un error.

No somos A+B, ni B+A, ni cualquier otra ecuación. Ni tan siquiera yo soy a y tú b, o quizá sí, con faltas de ortografía. Ni detrás puede haber un igual "=", por que no somos iguales a nada. No somos números, ni letras, ni logaritmos, y no nos podemos multiplicar por dos, aunque en diversos laboratorios científicos, de gente que pasa la vida como si estuvieran muertos y observando y comiéndose la cabeza con todo a lo que nuestras manos no alcanzan, ¿para qué?, haya clones de los pobres conejillos de indias.
Intenté hacer una raíz cúbica con tu sonrisa y todo acababa por multiplicarse por cero, y si intento escribir amor en la calculadora, al final acaba por devolverme en la pantalla un "syn error".
Buscando explicaciones, acabé por llamar a un mago famoso, de los que empezaron sacando conejos de las chisteras y ahora se juegan la vida en cajas llenas de cerrojos. "Por qué buscas trucos en la magia?"me preguntó detrás de una sonrisa burlona. Me dio el teléfono de un político, y repitiendo la misma pregunta de "¿qué es el amor?" recibí una respuesta que ni siquiera te incluía a ti o a mí. En su manera egoísta de actuar hasta detrás de las cámaras, me habló de él y de cómo mantener una relación correcta y basada en "protocolo". ¡Qué palabra más horrible! "P-r-o-t-o-c-o-l-o". Suena a "culo". Además, sería más graciosa sí cambiaran la "o" por la "u". P-r-o-t-o-c-u-l-o".
Mi próxima víctima fue una estrella del rock, y sólo me habló de "sexo" con "grupies" a las que usaba para hacerse las rayas de cocaína sobre su piel y a pesar de todo, con la mirada me habló de la chica a la que le dedicaba cada uno de los versos de sus canciones, acordes y melodías, a la que no se follaba, sino a la que le hacía el amor, a la que mantenía ajena de esa vida de mierda y flashes. Él mismo me dio la dirección de su abogado, que sólo relacionó amor con dinero, posesiones compartidas y divorcios, y al salir, un periodista del corazón sólo pronunció la palabra "exclusiva" en su definición.
Al final me cansé de buscar, y tu me preguntaste, "¿Dónde estabas?".
"Queriéndote".

5 de noviembre de 2009

intimo.



















Hay cantantes que gritan. Cantantes que susurran. Cantantes que expresan y otros que no lo hacen. Cantantes a los que les escriben canciones, y cantantes que escriben sobre "historias que he vivido o la gente que me rodea". Cantantes que hacen poesía. Cantantes que destrozan la música.
Y después de todo eso, está Quique Gonzalez. Él es el que lanza disparos con palabras. El que llega en la primera escucha. El que en la segunda ya te ha rasgado un poquito el corazón y el que a la quinta está dentro para quedarse. Él es el hace poesías y les pone la música adecuada. El que tiene una canción para cada momento de mi vida.
Él es el que se puede permitir publicar discos como "Avería y Redención #7", y que seguido en su discográfica aparezca un "Daiquiri blues".
Si en la quinta escucha ya entró dentro para no irse, ahora lo hace para hacerme nudos en el estómago. Está ahí para poner un nudo en la garganta y adaptar cada canción a un momento. Él es arte, un arte intimo que, en ocasiones, considero mío, propio. Es mi pequeño gran hombre. El que publica el disco que necesito en el momento en que lo necesito.
"Uno, dos, tres y..." sumérgete, empápate de poesía podría ser la voz en OFF antes de que empiece a cantar. Con ese sentimiento que pone y que habla de sentimiento. De amor. De desamor. De carreteras y distancias. De un "estoy llegando" pero quizá sea demasiado tarde o no. Él es el que deja cada canción con un final abierto, para que cada momento lo complete. Mi contexto lo completa con un "te llevaste la luna debajo del brazo, y por mucho que corra ya no estás aquí". Desencuentros.
Y susurra y hasta a veces creo que grita. Siente las canciones, las expresa, las escribe y también las coge prestadas, y todas y cada una de ellas, cada palabra la hace suya. Yo las hago mías.
Y sí, a pesar de que aviones es grande, daiquiri blues es mi disco del año. Y lo digo semana y un día después de haberlo escuchado porque aún creo no era consciente de la joya que tenía en las manos.

3 de noviembre de 2009

Tienes el pelo frío y los ojos congelados. Y yo me enamoré del invierno hace sólo un par de años. Realmente yo me enamoro de cualquier cosa estúpida. Sí, estoy enamorada de esos hoyuelos que se te forman cuando sonríes y también de tus pestañas. ¿Por qué no me envuelves la próxima que se caiga en tu almohada y me la regalas para Navidad?. Y sí, puedo esperar mes y medio porque ya tengo una caja llena de las que te robo cuando tu no te das cuenta. Y no digo cajita porque están guardadas con cada una de las sonrisas que me dedicas al despertar, al volver a casa y con los labios manchados de mermelada los domingos por la tarde.
Y no estoy enamorada de ti, sino del sonido de tu risa, de tus abrazos, de tus caricias mientras me hago la dormida. Estoy enamorada de tu forma de mirarme mientras leo en la cama y tu esperas callado que termine para... Sí, estoy enamorada de tus manos agarradas a mi cintura y de la melodía de tu pecho cuando me tumbo sobre él. De tus besos en otoño y en París.
Y tu hoy tienes el pelo frío y los ojos congelados.
Yo tengo los dedos fríos y el corazón parado.
¿Por qué te has ido?.