24 de octubre de 2010

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Era algo que todos conocían y que yo me empeñaba en seguir negando. Me estaba enamorando de él. O, para que engañarnos, enamorando de esa idea suya que me había formado en la cabeza. De esa obsesión de pensar que era la persona que hacia tiempo estaba buscando. Esa idea me hacia creer que era el hombre perfecto. Llegué a creer que nadie se podía reír de la misma manera que lo hacia él; agachando la cabeza y arrugando las mejillas. Que nadie era capaz de bailar tan arrítmicamente como él, y por tanto, nadie mas me podría hacer reír de la misma manera en las noches en que salíamos a matar. Sin remedio, esa imagen en la que se había convertido su idea en mi cabeza, pasó a tomar cierto protagonismo en mis sueños. Sin remedio, comenzó a acompañarme en el colchón, haciéndome todo aquello que, como hombre perfecto, llevaba innato en la genética de aquella imagen que me había formado suya en la cabeza. Tenia claro que sabría planchar, poner la lavadora y cocinar comida con bechamel Me hubiera entregado en cuerpo y alma a aquella persona. Y como él tenia los mismos ojos negros, la misma sonrisa perfecta, la misma forma de hacerme de reír que aquella imagen que se paseaba a sus anchas por mi cabeza, comencé, no sin cierto temor, a entregarme en cuerpo y alma a alguien que no sabia planchar, se liaba con los botones de la lavadora, se alimentaba de hamburguesas de 1€ en los restaurantes de comida rápida, y cuando salia a matar, quería matar. Llamarme estúpida, ingenua... borracha que creyó la combinación de sueños que se formaban entre las pocas neuronas de su cabeza. 

19 de octubre de 2010

NIUNSOLODIASINMUSICA

Ayer comencé un proyecto por aquí. Es algo que consiste en tener una canción para cada día. Algo tan sencillo, se ha convertido en una idea con tanta fuerza como para que, después de darle muchas vueltas, haya sido engendro de un blog nuevo: http://niunsolodiasinmusica.blogspot.com/. Creo que este espacio ya esta poco definido como para mezclar tantos post sin mucho sentido entre si. Esta dirección se quedara para la muestra del arte de la escritura y la fotografía, y todo lo relacionado con la música pasara a ocupar espacio en la otra dirección. Si, esta dirección se seguirá actualizando como hasta el momento, cuando tenga algo que compartir. La pretensión de "Ni Un Solo Día Sin Música" es tener algo que contar o que cantar una vez al día. 
Fabian es la mejor manera que he encontrado para comenzar este nuevo proyecto. 
Gracias de antemano por pasaros por allí.

18 de octubre de 2010

#1


"Ella es un corazón enorme y yo
casi un niño y casi hombre caminando entre las calles.
Ella es la razón más urgente y yo
soy .. soy la mitad de alguien valiente si me faltan sus detalles."

things I have never told him.

Pedí café irlandés muy caliente para arañarme la garganta y que se me pasaran las ganas de gritarte y de echarte en cara que te fuiste hacia mas de mil doscientos días atrás, dejando de dar señales de vida. Si hubiera aprendido a odiar... no te hubiera sonreído entre los DVDs que nos rodeaban en aquella superficie comercial famosa y céntrica de la capital. Al final, despues de todo, las unicas palabras que me salieron fueron aquellas que hubiera pronunciado igual que si el dia anterior te hubiera visto; incluso fue como si aquella mañana hubiera despertado a tu lado. Y no. "Yo estoy esperando a que baje el precio, total, nunca me gustaron los finales...". Miraste otra vez la sexta temporada de aquella serie que habia terminado medio año atras y lo volviste a dejar en su sitio para despues atravesarme con tus ojos, tan negros que parecia que alli no habia vida. Siempre has sido experto en hacerme esperar, y por un momento, me asusté creyendo que no eras tu...al fin y al cabo, hacia tiempo que no recordaba tu sonrisa, tus rasgos y tu mirada, asi que, podía estar ligando con cualquier desconocido que se pareciera a ti. Otro mas."El unico final que no deberia gustarte es el nuestro, bueno, el de cada persona, el tuyo, el mio y el de todos aquellos que nos rodean cada día, que van y vienen mas allá de estas paredes, ya sabes como acaba, todos morimos... -Reflexionaste frunciendo el ceño- los demás finales no existen. Ya ves, estoy aqui, otra vez"; concluiste antes de sonreír. Es cierto que entre nosotros en ese momento se interponía la mesa de "novedades"; (entrecomillado, porque aquellos DVDs que habías sostenido unos instantes antes de darte cuenta de que era yo y que te estaba hablando a ti, habían salido dos meses atrás) pero  sentí que estábamos tan cerca que tuve miedo. Esa sensación que siempre aparece disfrazada; y esta vez lo hizo de una falsa (o no) alegría de un recuentro que ya me había cansado de esperar. "Te debo un cafe, un colacao o una cerveza", continuaste como si no hiciera falta que yo dijera nada. Y casi como una imposición tuya, que me llevaste a aquella cafeteria pequeña sin dejar de sonreirme; y a la vez imposición mia, que me pedi cafe irlandés muy caliente para arañarme la garganta y que se me pasaran las ganas de gritarte y de echarte en cara que te fuiste hacia mas de mil doscientos días atrás, dejando de dar señales de vida; acepté sin ninguna otra opción. Tienes que saber, que en todo ese tiempo viviendo mi vida sin ti, habia perdido la cuenta de las veces que pregunte a la nada: ¿por qué?; ¿donde estabas?; ¿cuando ibas a volver?; y siempre, otra vez ¿por qué?. Ahora estabas delante; podia haberte preguntado y haber obtenido alguna respuesta, aunque tratandose de ti... Tu eras experto en evitar las palabras. No recuerdo que ninguna vez me dijeras "te quiero", aunque es cierto que lo demostraste, y mucho mejor, que aquellos que durante esta vida sin ti, se han atrevido a pronunciarlo para luego decir que lo nuestro no funcionaba y que era mejor darnos un tiempo. O darnos horas para gastar en otras camas. Ya no recuerdo de que estaba hablando, y creo que tu tampoco eres capaz de recordar que yo hablara en algun momento de la conversacion. Te miraba, sonreia, y me sentia imbecil por momentos. Haberte re-enconcontrado asi, sin esperarlo, me habia asustado, estaba perdida, creia que la vida intentaba decirme algo y yo no supe reaccionar hasta que, un cafe irlandes después y dos cervezas, te dije que te echaba de menos. No mentia. Echaba de menos aquella manera tuya de hablar sin parar, cambiando de tema una y otra vez, acribillandome a preguntas y sin dejar tiempo a que te replicara "¿y tu?" despues de cada una. Acabamos cenando en una de las franquicias de uno de los restaurantes mas extendidos de la ciudad. Después de toda la tarde juntos, parte de la noche, un cafe irlandés y cuatro cervezas, el postre me sabia amargo. La única pregunta que te hice fue un "¿Ahora qué?" antes de subirme al autobus de vuelta a casa. Podria haber seguido hablando y completado la interrogacion con un "¿Ahora qué? ¿Te vas a volver a ir? ¿Vas a volver a desaparecer de mi vida como si nada?". No hacia falta, siempre fui chica de pocas palabras y aun tiemblo cuando pronunciaste la frase de tu guion. "Si te vas ahora, habré gastado todo mi tiempo hoy para nada. Llevo viajando a Madrid, al menos, cinco veces al año, y siempre he tenido esa intuicion de que te encontraria en cualquiera de sus calles. Siento no haber contestado ningun correo, siento no haberte llamado ninguna vez. Sabia que pasaria cuando tuviera que pasar, y cuando la vida nos pusiera uno enfrente del otro, a pesar de los años... del tiempo, de la distancia, nos besariamos como si no hubiera mañana. No quiero que te vayas a casa. Dejame que te invite a dormir." Tu, y tus malditas palabras de película siempre me atravesaban. Hacia frio, estaba acurrucada dentro de mi abrigo mirandote expectate, el conductor se nos quedo mirando por espacio de tres segundos inquisitivo antes de cerrar la puerta y partir. Nos quedamos solos en la parada de autobús, en una de las avenidas con mas trafico de la ciudad; los coches casi volaban a nuestro lado, cortaban el viento con rabia y rugidos del motor, pero todo nos era ajeno. Te acercaste mas, sonriendo, y me besaste, si, como si no hubiera mañana. Ahi, ya empece a creer que de un momento a otro me despertaría, yo estaria tumbada en mi cama, y tu... lejos. No sabría donde, pero estarías lejos. E incluso me asusté porque hacia tiempo que no soñaba contigo. También hacia tiempo que no soñaba algo tan... ¿real?, extraño y absurdo. Me perdí entre las sabanas del cuarto de invitados de casa de tu hermano; me perdí en cada uno de tus ángulos y en tus rectas. Gimiendome en el oído, acariciándome la espalda, apretándome los huesos contra tu piel, era como si el tiempo se hubiera disuelto en un momento. ¿Que narices estaba pasando?. El mundo se habia vuelto del revés. Si aquel mediodia no hubiera perdido el tren, hubiera llegado media hora antes a Madrid, hubiera comprado el filtro para el objetivo de la camara, y me hubiera ido de alli sin pasarme por la seccion de DVDs; o quizá me hubiera ido antes de allí al no encontrar nada que llamara mi atención y puede que me hubiera encontrado contigo en las escaleras, mientras tu subias, yo bajaba, y solo me hubieras parecido el reflejo de algo que ya no tenia. Si una semana atras no me hubiera fallado la tarjeta de credito, ya tendria mi filtro, y ese dia no me hubiera echo falta ir a Madrid, a aquella superficie comercial famosa y centrica de la capital. Creí, como pocas veces que la vida siempre nos llevaba a donde ella quería, y después de haberte llorado tantas noches, haberte buscado en abrazos que se te parecian, ahora estaba follando contigo, si, como si no hubiera mañana. Creo que tu hermano y tu cuñada pasaron la noche en vela expectantes de ver con quien habias entrado corriendo en la habitacion a altas horas de la madrugada. Se que estaban despiertos porque escuché ruido en el baño que teniamos pared con pared mientras tu fumabas en el balcón. Cuando te lo dije, sonreiste otra vez, como llevabas haciendo desde que sostenias aquel pack de DVDs horas atrás en aquella superficie famosa y céntrica de la capital. "Es la primera vez, de todas las veces que he venido, que he traido alguien aquí. Solo estarán debatiendo si seras tu o no". Ahora lo pienso, y te podría haber llamado "¡cabrón!" en aquel momento. No eras capaz de llamarme, ni de tan siquiera contestar a los correos; cosa que me llevo a pensar que habias eliminado aquella cuenta hotmail a la que le faltaban la mayoría de las vocales; y sin embargo, hablabas de mi con tu hermano en cada visita a Madrid. No recuerdo haberme quedado dormida en ningún momento, pero si se, que una de las veces que cerré los ojos y los volvi a abrir, ya no estabas a mi lado. La casa olía a café, y si algo faltó en aquel ambiente de domingo, es que aplaudieran cuando salí del dormitorio vestida con una de tus viejas camisetas. Digo que era vieja porque cuando vivías a solo diez minutos de mi casa, antes de que te fueras y no dieras señales de vida durante mas de mil doscientos días atrás, ya la vestías, y al verla alli, a los pies de la cama...no pude evitarlo. "Quedatela" me dijiste mientras nos vestíamos con cierta resignacion y melancolía después de un desayuno incómodo de no mas de diez minutos. Salimos a andar con la chaqueta puesta, y tu con la maleta en la mano. Me diste, que recuerde, doce abrazos y quince besos. Cinco de ellos, en la mejilla. Ya no podiamos ocultar lo que habia pasado la noche anterior, aunque en tus gestos, tu sonrisa cansada y tu mirada podía ver cierto aire de arrepentimiento. Puede que pensaras que me habías arrancado la inocencia, y no era así. Pero yo, chica de pocas palabras no fui capaz de decirte nada. Te fuiste sin decirme a donde, aunque ya lo hicieron los carteles con luces de neón por ti. Volvías a casa sin darme mas razón que dejarme alli, en la estación de autobuses con ganas de llorar, con ganas de gritar.   En los mas de mil doscientos días atrás en que te fuiste había aprendido a reconstruir los pedazos que dejaste de mi, y joder, creo que esta vez, entre los nervios, tus palabras de película y las sabanas en las que nos refugiamos de nuestras vidas, me quede sin nada...ni siquiera tenia las palabras adecuadas para explicar a Javier por que no había ido a dormir ese día a mi casa. Y, por si servia de algo, solo tenia aquella camiseta vieja que te había robado aquella mañana.

9 de octubre de 2010

Lennon.

70.
Nos dejó canciones. Himnos, en algunos casos. Maneras de vivir, y sobretodo de entender la vida. 
Sinceramente, creo que todo a su alrededor ahora es mito; toda una leyenda urbana de alguien que amó la música por encima de todo. Que amó la vida, y sobretodo la libertad. Y por mucho que duela, también amó a Yoko. 
Que triste es saber que todo lo que alguien tiene, sus sueños, sus ideales, se pueden ir a la mierda con tanta facilidad. 
No sé por que, pero sé, que si ahora el siguiera vivo, el mundo sería un poco mejor. Y aunque solo fuera un poco, me valdría. 
Lennon, mi Lennon.... 
Si todos los que ahora le idolatramos, en vez de comprar objetos con su rostro, camisetas y merchandising nos dedicáramos a predicar lo que el cantaba, o al menos, escucharlo mas de lo que hacemos, el mundo sería un poco mejor. 
Jesucristo del S.XX.