25 de febrero de 2010

filosofía del que no pensó.

No se trata de crecer y menos, de cambiar. Ya no... Ni tan poco se trata de amor, ni de un "no puedo vivir sin tí". No estoy colgando en tus manos, ni soy tu princesa ni me juras que nadie me hará más llorar... Estoy cansada de estereotipos y de canciones que creen que hablan de amor, y nos atormentan en las radiofórmulas. Estoy cansada de que crean que todo tiene un nombre, un matiz y un color. Blanco o negro... y vamos reinventándonos, vamos olvidando los paraguas, y disfrutando de aguaceros que caen con rabia contra los cuerpos capaces de saltar en los charcos sin miedo al agua. Marcamos la diferencia con el viento de cara que nos quiere arrancar la sonrisa de cuajo, nos quiere dejar como todos los demás... Me importa poco que alguien lo entienda o que no. Me importa poco que tu, que lees, no sepas lo que son los besos con sabor a lluvia, o no entiendas lo importante que es tener una banda sonora para cada momento o persona. Supersubmarina, gracias. Y no sé si te ha hecho más ilusión a ti o a mi, si tu sonrisa era más grande que la mía, o si mis ojos han reflejado todo lo que tenían que haber reflejado. Todos los males de la humanidad han comenzado con la necesidad del saber. ¿Cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? ¿por qué?, ¿cuánto?... Que más da. Estás ahora aquí y mañana allí, porque es esta vida y funciona así... Y me pasaría la vida secándote las mejillas a base de besos y refugiándote en mi paraguas. No quiero que deje de llover ni quiero que dejes de querer estar ahí, con diecinueve, con veinte o con veintitrés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario