16 de agosto de 2010

Nadie cabe en un cajón.


-¿Qué quieres ser de mayor?.-Le preguntó él con insistencia.
-¿Qué más dará lo que yo quiera?.-Sonrió la niña con la mirada perdida. El hombre, con los ojos aún clavados en ella, se estremeció. Sonreía pícara, escondiendo las palabras detrás de unos dientes que a penas acababan de salir.- Voy a ser una caja de zapatos.-Lo dijo sin titubear un segundo; con la certeza de aquel que un día descubrió la gravedad.
-¿Una caja de zapatos?.-Preguntó escondiendo la duda de si reír o seguir tomando en serio a aquella niña que se había cruzado por casualidad hacía ya más de una semana de tardes calurosas en el parque donde se sentaba a escribir y a borrar.
Ella asintió.
-Voy a ser la caja de zapatos más bonita. Voy a estar llena de fotografías, de olores, de sabores... Y me voy a esconder debajo de la cama para que nadie me encuentre.

3 comentarios:

  1. Es la mejor caja de zapatos que he llegado a imaginar en la vida:)

    ResponderEliminar
  2. Hasta a mi me ha apetecido ser una caja de zapatos despues de leerte.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Yo siempre he querido ser una de esas cajas de zapatos, porque guardan tannnntas cosas bonitas...:D

    ResponderEliminar