4 de marzo de 2010

¿no ves que hay una luz en el fondo de mi corazón?.

Si estuvieras aquí al despertar, te puedo asegurar que todo podría ser más llevadero. No mejor, pero al menos tendría ese hombro contra el que derrumbarme y encajar las terminaciones de mis labios, mi nariz y mis pestañas en tu piel. Tu piel, haciendo de cojín y tus brazos de manta. "Abrígame con poros de tu piel". No paro de cantarlo y a veces siento que no te quieres dar cuenta de que cada palabra de cada canción ahora toma la forma de los túneles de metro. Del cielo de Madrid. Y de tu sonrisa.
Y no te quieres dar cuenta de que me muero por dormir dentro de tí. No te quieres dar cuenta de que me muero porque me despierte tu aliento en el oído y tus manos corriendo por mi espalda dibujando arte en minúscula.
Estoy cansada de los pasos, de dejar que todo siga su camino y de un "si tiene que suceder, sucederá". Y ya no sé si plantarme delante de ti con un cartel de luces de neón que rece un "Te quiero". En mi cama o en la tuya. Que quiero perderme en tu pelo y encontrarme en tus labios, en tus manos y con su ayuda trazar el mapa de tus venas y arterias, hasta llegar al corazón y notarlo con el oído tan pegado a tí, que el sonido me atormente. Me de miedo y te abrace hasta clavarme tus costillas en los antebrazos.
Nadie me ha enseñado lo que se siente cuando se quiere, y nunca creí que nos nacieran mariposas en la barriga en esa época, que ahora dicen que siempre se acaba. Y a veces me pregunto si no he estado equivocada y encima nunca te he querido, o no sé expresarlo... y punto. Y el que no te quieras dar cuenta sea un "no te das cuenta porque no hay nada".
No. ¿Sabes lo que pasa? Que intento escribir cualquier cosa, y siempre sales tu. Y tengo que volver a etiquetarlo con asterisco porque ya no sé como coño se llama lo nuestro si alguna vez ha habido algo más.

Y no te asustes si un día aparezco con ese cartel en luces de neón.

2 comentarios: